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11 junio 2024

Eva Chabot

Eva Chabot (a la derecha), con colegas de la oficina de ASF Canada en Honduras.

La valentía y resiliencia de Marta, víctima de esterilización forzosa, ha dejado un profundo impacto en Eva Chabot, cooperante voluntaria en Honduras. Para la joven abogada, esta mujer encarna tanto la crueldad de un sistema opresivo como la fuerza de las personas profundamente comprometidas con la defensa de los derechos de la mujer en este país centroamericano. Ella comparte sus reflexiones con nosotros en esta entrada de blog.

 

«La violencia contra las mujeres en Honduras va en aumento, el 2023 fuimos testigas de cómo cada 23 horas, una mujer era asesinada de forma violenta en el país, dejando un total de 386 mujeres asesinadas durante el año pasado […] posicionando al país como el más peligroso en América Latina para ser mujer.»

 

Este extracto está tomado del comunicado de prensa del Centro de Derechos de Mujeres publicado el 17 de enero de 2024, en el que se dieron a conocer los resultados de su monitoreo de prensa del último año sobre los feminicidios reportados. Si el feminicidio es la forma más extrema de violencia de género, es solo una pequeña parte de la opresión extremadamente peligrosa sobre la vida de las mujeres en Honduras. En el contexto de mi mandato, fueron estas conclusiones las que fueron cuestionadas por el espíritu de la mujer no sólo extranjera que soy, sino también por la mujer que proviene de una cultura profundamente diferente de aquella en la que yo había tenido lugar unos meses antes. Estas cuestiones me llevaron a preguntarme si cuanto más estructural y violenta era la represión contra la libertad y la emancipación de las mujeres, más se configuraba la defensa de los derechos de las mujeres de manera organizada y profundamente comprometida.

 

De todo el entorno personal y profesional en el que me desenvuelvo como mujer y como defensora de derechos humanos en Honduras, determino un activismo feminista entendido como vital y nacido de la resiliencia de mujeres ávidas de un cambio real en sus vidas.

 

Es a través de la lucha de Marta (nombre ficticio), acompañada por una de las socias de ASF Canadá en Honduras, que analicé el proceso de resiliencia mediante el cual una mujer víctima de violencia extrema ejercida sobre su cuerpo se convierte valientemente en una activista que lucha contra la impunidad y la repetición de la violencia que ha sufrido.

 

Marta fue víctima de una esterilización forzada afectando profundamente su proyecto de vida. Esta mujer siempre había querido ser madre y formar una familia, pero terceros han decidido lo contrario al realizar una cirugía anticonceptiva permanente en contra de su voluntad. Esta situación, en la que un tercero toma el lugar de la mujer en la toma de una decisión que es enteramente de su vida privada, es un reflejo de la opresión que enfrentan las mujeres hondureñas tanto en el ámbito público como en el privado. Esta opresión se acentúa cuando estas mujeres presentan características particulares que las colocan en una situación de mayor vulnerabilidad, como el diagnóstico positivo del VIH, y las consecuencias de la cual se cometen impunemente muchas violaciones de sus derechos humanos.

 

A pesar de la violencia de los hechos y del impacto moral y físico sufrido por la víctima, el coraje y la fuerza de Marta, decidida a denunciar los hechos, a pesar de los riesgos para su vida, testimonian su deseo de recuperar el control de su cuerpo y de su vida y de poner fin a la impunidad en la que aún existe el riesgo de que se repitan los hechos.

 

Víctima de un contexto propicio para la comisión de violencia contra las mujeres, Marta ha hecho de su sufrimiento no solo una fuerza para denunciar los hechos con el fin de obtener justicia, sino también una fuente de activismo para que ninguna otra mujer sea víctima de tal injerencia en su proyecto de vida y en su intimidad corporal.

 

Este es un ejemplo concreto del proceso de autonomización por el derecho que impulsa la acción de ASF Canadá. Al situar a esta mujer víctima de esterilización forzada y que quiere obtener justicia en el centro de la estrategia de litigio, ASF Canadá y su socia ofrecen un marco estructural en el que no solo como víctima esta mujer puede reconstruirse personalmente, sino también como defensora de derechos humanos esta mujer puede alzar su voz y denunciar los hechos.

 

La valentía y la fuerza de Marta, resaltada por la experiencia y el apoyo de ASF Canadá Honduras y su socia, ilustra una de las voces organizadas y estructuradas que llevan a cabo personas profundamente comprometidas con la defensa de los derechos de las mujeres para organizar una respuesta ética, política y/o judicial a la violencia contra las mujeres.

 

A partir de la experiencia profesional y personal de una mujer de origen francés y asesora jurídica voluntaria en Honduras, este análisis de la relación tangible entre opresión y emancipación de las mujeres no es más que el resultado de una reflexión personal basada en el acompañamiento de una mujer en un proceso de reparación, como mujer y feminista se dando cuenta de la necesidad de defender los derechos de las mujeres en todo el mundo.