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21 mayo 2024

Laura Dominguez

Por: Laura Daniela Domínguez Ramírez

 

Desde que era muy joven me he interesado por comprender las realidades de Colombia y el mundo, especialmente en cuanto a la paz y los derechos humanos. La violencia ha sido una constante en nuestro país y el conflicto armado ha catalizado muchas de las problemáticas que como sociedad no hemos logrado atender, pero este flagelo no nos ha impactado a todos por igual. Se pueden leer historias y noticias sobre cómo se ha desplegado la extrema violencia en el campo, afectando a comunidades enteras y a millones de seres humanos, pero en la ciudad, con otras condiciones de vida y necesidades, el conflicto armado se vive de forma muy diferente, los anhelos de paz son otros, la narrativa sobre la guerra no suele recordar a todas las víctimas ni victimarios, y a los relatos de los jóvenes, que han sido una población gravemente vulnerada por el conflicto, se les brinda poca importancia. Existe una profunda desconexión sobre lo que sucede en todos los territorios de nuestro país, pero también sobre las visiones de nuestras juventudes.

 

La paz, un proyecto común

 

Con la firma del Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, y la creación del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), entre sus mecanismos, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se busca precisamente acabar con la brecha que existe entre la ciudad y el campo, que el país en conjunto se piense la paz como un proyecto común. Desde entonces, Colombia se ha encaminado hacia el reconocimiento y comprensión de los hechos ocurridos en el contexto del conflicto armado, incluyendo sus víctimas y responsables, así como hacia la promoción de una nueva cultura de paz, una en la que los componentes del SIVJRNR cobran sentido porque nos corresponde a todos, pero especialmente a las nuevas generaciones, aportar a la construcción de paz, a la memoria colectiva y a un país libre de violencias, un país en el que se reconozca la dignidad de todas las poblaciones y seres humanos que lo habitan.

 

Combinando ideales personales y experiencia profesional

 

Pensando en esos ideales decidí estudiar Derecho e investigar el conflicto armado colombiano, porque no quiero un país desconectado de sus territorios y de las visiones de sus comunidades, quiero una sociedad consciente e informada, que se preocupe por la búsqueda de la paz y la protección de los derechos humanos, lo cual he profundizado gracias a mi experiencia en Abogados sin fronteras Canadá (ASFC). Con ASFC, he podido acercarme a la justicia transicional y a la JEP, a través de la colaboración al trabajo del Grupo de Análisis de la Información (GRAI) de la institución, en la investigación y sistematización de fenómenos del conflicto armado, sus víctimas y responsables, pero especialmente de aquellas personas que desde sus roles políticos, económicos o sociales contribuyeron a la propagación de la violencia.

 

En este sentido, mi pasantía en ASFC no sólo ha aportado a mi formación en temas relativos a la justicia transicional y los derechos humanos, sino que también ha significado para mí la posibilidad de aportar a uno de los componentes del SIVJRNR, que es fundamental para que las víctimas del conflicto armado encuentren justicia; el país pueda reconocer todos los crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y graves violaciones de los derechos humanos cometidas por los grupos armados ilegales, el Estado, los actores políticos y económicos involucrados; y que estos hechos no se repitan: la verdad. Sólo conociendo la verdad del conflicto armado y generando una memoria colectiva sobre este flagelo es que se puede avanzar hacia la construcción de paz, hacia una sociedad que resuelva sus diferencias a través del diálogo, que tramite sus conflictos por las vías institucionales y que haga política sin armas.

 

Pensarnos una Colombia en paz es también un asunto de jóvenes

 

Pensarnos una Colombia en paz es entonces también un asunto de jóvenes. Desde nuestros roles como pasantes en ASFC y las diferentes líneas de investigación y trabajo a las que contribuimos en la JEP, nos hemos acercado al conocimiento de las distintas realidades que se viven en los territorios de nuestro país, a las violencias que han sufrido nuestras poblaciones, los campesinos, las comunidades afrocolombianas e indígenas, los sindicalistas, las mujeres, la población LGTBI, los niños, los jóvenes, etc. Este acercamiento nos ha permitido tener una mayor comprensión de las dinámicas del conflicto armado, pero también nos ha permitido sentir y pensar de una forma diferente los anhelos de paz de las comunidades más afectadas por la violencia. El acceso a este conocimiento es esencial, ASFC es una gran oportunidad para que jóvenes estudiantes y profesionales participen de la construcción de paz. No obstante, la tarea no debe quedar ahí.

 

Los jóvenes tenemos el derecho de acceder a la verdad sobre el conflicto armado y participar de una cultura de paz, pero también tenemos la responsabilidad de compartir lo aprendido a donde sea que lleguemos, en nuestras comunidades, con nuestras familias, amigos y con las personas a nuestro alrededor. Como he reiterado, la paz nos concierne a todos, por lo que es necesario que como jóvenes nos apersonemos de lo que sucede en los territorios de nuestro país, que entendamos que no sólo contamos con la capacidad de aportar a la construcción de una paz estable y duradera, sino que de nosotros depende un mejor futuro para Colombia.

 

Biografía

 

Laura Daniela Domínguez Ramírez, tiene 24 años, es de la ciudad de Cali y es abogada. Actualmente estudia una Especialización en Derecho Constitucional. Sus intereses académicos son los derechos humanos, derecho internacional público, derecho internacional humanitario y justicia transicional. Cuenta con experiencia en investigaciones académicas sobre derechos humanos, conflicto armado y justicia social, incluyendo publicaciones en Contested Territories y Sello Editorial Javeriano.

 

Sobre el programa de pasantías de ASF Canadá y la JEP

 

Gracias al financiamiento del gobierno de Quebec, el programa de pasantías ha permitido que estudiantes de ciencias sociales participen en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Han contribuido a priorizar casos sobre relaciones entre grupos paramilitares y agentes estatales, ejecuciones extrajudiciales y violencia basada en género. Además de apoyar a la JEP, el programa brinda a los estudiantes la oportunidad de trabajar en temas complejos, promoviendo el desarrollo de sus disciplinas. Esto se evidenció en el foro de cierre, titulado ‘La justicia transicional desde la perspectiva de la juventud’.